Enlace al capítulo aquí. El realismo ingenuo en la esfera del actuar mata la libertad por el sometimiento a una autoridad de un ser perceptible (familia, estado, iglesia) o de un ser imaginado por analogía con las percepciones (deidad) o, por último, de la voz interior abstracta que interpreta como “conciencia”. El realismo metafísico que sólo explora lo extrahumano, no puede reconocer la libertad en la esfera del actuar porque considera al hombre determinado mecánicamente o moralmente por un “ente en sí”.
El monismo rechaza el realismo metafísico, pero reconoce las restricciones físicas e históricas (ingenuo-reales) del hombre ingenuo. El hombre es un ser en evolución que transita por el estado del actuar automático (según impulsos e instintos naturales) y el de la obediencia (de acuerdo con normas morales) como fases necesarias previas de la moralidad, pero reconoce la posibilidad de superar ambos estadios transitorios por el espíritu libre.
El monismo contemplado en la primera parte del libro tiene su fundamento en la realidad de un mundo unitario, que sólo aparece separado en la conciencia del ser humano debido a su organización. El monismo en la segunda parte del libro es Filosofía de la Libertad ya que en el ámbito del actuar moral el ser humano realiza los impulsos procedentes de la esfera ideal de su intuición. La moral (actuación moral) es producto del ser humano (y no de ninguna potencia extra-humana) y la libertad es la forma humana de ser moral.
Se plantea la aparente contradicción que supone la “La actualización individual de una esencialidad universal”[1]; esta contradicción está relacionada con el “conocimiento” y la “libertad”. El conocimiento es la unión de percepción y concepto –partiendo de la realidad del mundo de los conceptos (esencialidad basada en sí misma). La vida moral se basa en la actualización de las ideas (esencialidad basada en sí misma) que se vivencia intuitivamente de forma individual. ¿Cómo es posible la libertad si determino mi actuar en una intuición –aspecto ideal de mi ser individual? ¿cómo puede ser libre y a la vez determinada?
[1] En la frase “la actualización individual de una esencia universal” tenemos dos componentes:
El conocimiento que adquirimos del mundo tiene su fundamento en la REALIDAD de un mundo conceptual universal.
Por otra parte, cuando actuamos, sólo hacemos VERDADEROS actos individuales cuando la acción está determinada únicamente por su contenido ideal… sin referencia a contenidos perceptivos… como se vio en el capítulo 9.
Desde esta perspectiva queda superada la aparente contradicción.
Esta contradicción es evidente cuando en nuestro actuar influyen la “disposición caracterológica” o la norma de un principio ético exterior… pues no son actos libres (ni por tanto universales) y no pueden considerarse moralmente individual… pues la forma humana de ser moral es la LIBERTAD.
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