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La segunda parte del libro se titula La Realidad de la Libertad. Si en la primera parte del libro  describe la actividad pensante humana como único acceso a la libertad, en esta segunda parte abordará la "realización" de la libertad.

Sólo los seres con conciencia encuentran la "necesidad", en un mundo que está por encima de dicha "necesidad". Por tanto, sólo en la "conciencia" debemos buscar el fundamento, aparentemente perdido, de la libertad humana. Y digo "aparentemente perdido" pues para la conciencia el mundo de percepción se le representa como apariencia, y sólo en unión con el "contenido" del mundo lo hace real.

El "contenido" del mundo es en el caso del mundo inorgánico, la ley natural (Física y Química de lo inorgánico) y en el caso del mundo orgánico, el "Tipo" (vease el libro "Teoría del conocimiento basada en la visión del mundo de Goethe”). Este mundo inorgánico y orgánico se presenta a la conciencia humana como regulado por leyes, es lo que se denomina "contenido del mundo". Sólo a la conciencia humana se presentan estas leyes como las reguladoras de un Mundo Natural dado, pues aparentemente para dicho Mundo Natural le es indiferente una conciencia humana.

Dentro del mundo de las percepciones, el ser humano experimenta la actividad pensante. Rudolf Steiner investiga la conciencia humana y se pregunta si también se presenta como lo hace el Mundo Natural, para descubrir el aspecto supra-natural de la actividad pensante. Este aspecto supra-natural es el punto donde el ser humano alcanza la libertad. Punto donde la "necesidad aparente" del Mundo Natural es "pura creación en libertad siempre nueva".

 

En esta segunda parte del libro aborda la "realización" de esa libertad. Dicha realización sólo puede enmarcarse en el "actuar humano", contexto de la conciencia humana. Así pues la pregunta para esta segunda parte del libro es... ¿puede la consciencia humana que surge de la "necesidad" realizar en sí misma la libertad?

 

Capítulo 8. Los Factores de la Vida. Enlace al capítulo aquí.

Este es el capítulo 8, el primero de la segunda parte del libro titulado la Filosofía de la Libertad. Primero realiza un repaso muy sucinto a toda  la primera parte del libro, La Ciencia de la Libertad, para enmarcar la esfera del actuar humano.

En el ser humano existen tres esferas de experiencia: la esfera de la conciencia (percepción y pensar) la esfera del sentimiento y la esfera del actuar. Aquellos individuos que experimentan el pensar como una mera "abstracción mental" del mundo de la percepción sensoria nunca lo contemplarán como algo "real", y otorgarán más "realidad" a las esferas del sentimiento o del actuar (de la voluntad). Así se describe el "Misticismo del Sentimiento" o la "Filosofía de la Voluntad".

Como vimos en el capítulo 6 "La Individualidad Humana" en la esfera de la conciencia alcanzamos la libertad que emana de un Espíritu Universal, y precisamente en las esferas del "sentimiento" y del "actuar" el ser humano se concibe como "individualidad". Una experiencia del sentimiento o de la voluntad que  no esté impregnada por el elemento ideal de la supra-consciencia universal se convierte en "experiencia individual".

Si el sentimiento muestra el vínculo del mundo exterior con nuestro sujeto, el "actuar" es lo contrario: la relación individual de nuestro Yo con lo objetivo.

¿Cómo impregnar nuestro acto individual de voluntad con el elemento ideal universal?

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