espíritu-libre (2)

Capítulo XIII. El Valor de la Vida.

Enlace al capítulo aquí. Realiza todo un  “recorrido” sobre las corrientes filosóficas que buscan el valor de la vida en el mundo del sentimiento –en la relación entre placer y displacer. Descarta una “valoración racional” como herramienta para calcular la relación entre Placer / Displacer pues la “razón” por sí sola no es suficiente. Para captar la realidad no sólo necesitamos el concepto, sino la compenetración de concepto con percepción. Y el sentimiento es percepción.

Encontramos como percepción de la vida que los individuos no se suicidan –estando en pleno uso de sus facultades – aunque en la vida encuentren sufrimiento y dolor. ¿Dónde encontrar la fuente donde estos individuos encuentran VALOR para su vida?[1]

Esta fuente que da VALOR a la vida humana se encuentra en la propia naturaleza esencial como IMPULSO básico del ser humano enla realización de su “humanidad”. Y la medida básica del valor de la vida es precisamente ése impulso. Este impulso relaciona el placer y el displacer de forma indirecta: no es el valor del placer que puede ser satisfecho, o la cantidad de displacer que se debe superar… sino si todavía el impulso es suficientemente intenso para alcanzar los fines propuestos después de haber superado las dificultades.

Así la medida del valor de la vida es la intensidad del impulso y el placer es lo medido.

placer

Si la relación es = 1 : todas los impulsos son satisfechos.
Si la relación es > 1 : existe más placer satisfecho de lo exigido por los impulsos.
Si la relación es < 1 : existe más Impulso que placer satisfecho.

Si no existiera IMPULSO la Vida no tendría un VALOR determinado. 

Así el placer sólo tiene valor en tanto que podamos medirlo en relación con nuestro deseo. Todo ser humano tiende a la satisfacción de sus impulsos –de los fines que él mismo se propone. Y la satisfacción produce placer. Lo realizado tiene VALOR porque ha sido QUERIDO(2) y no por el placer obtenido.

Cuando el ser humano comprende su verdadera naturaleza (individualismo ético – espíritu libre) entonces QUIERE realizarla.(3) Sólo de la libre realización de la intuición que fluye de la esencia humana resulta la moral y su valor. El Ser Humano confiere valor a la realización de un impulso porque éste procede de su ser.

El impulso a la realización del Espíritu Libre es lo que confiere valor a la vida del ser humano.



[1] Es curiosa la relación en español entre los vocablos Valor como medida y Valor como coraje.

[2] De nuevo una nueva curiosa relación de dos vocablos españoles: Querer como impulso de la voluntad y Querer como sentimiento de Amor.

[3] El Amor es Sabiduría interiorizada. Comprender algo es amarlo.

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Enlace al capítulo aquí¿Cómo es posible un acto moral libre si está determinado por la vivencia intuitiva de su contenido ideal? ¿Cómo puede ser libre y a la vez determinada? Aquí se nos plantea el problema del “determinismo” o de “finalidad”. “Finalidad” se expresa cuando un suceso posterior en el tiempo influye de manera determinante sobre el precedente anterior.

En principio, la finalidad sólo tiene lugar en los actos humanos. El acto –o efecto posterior perceptible– influye sobre el hombre que actúa -o causa anterior perceptible- por medio de la representación de aquello que quiere realizar.

Si el efecto perceptible ha de ejercer una influencia real sobre la causa perceptible, sólo puede efectuarlo a través del factor conceptual. Pero este factor conceptual ha de influir sobre la causa a través de un proceso perceptible[i]. Para el monismo el mundo es una unidad, que sólo se encuentra separado en la conciencia del ser humano en dos realidades: la percepción y el concepto. Así pues el factor conceptual sólo puede ser observable en los actos humanos, pues el factor conceptual en la naturaleza es la ley que se expresa en el fenómeno inorgánico físico-químico, o el “Tipo” que se expresa en el ser natural orgánico y nunca es “causa” sino que aparece a la conciencia como esencia o fundamento que da coherencia a la percepción. Para la conciencia del ser humano lo primero que encontramos en la naturaleza son percepciones, cuyos nexos y relaciones se expresan “a posteriori” a través del pensar.

El monismo rechaza el concepto de finalidad en todos los campos excepto en el del actuar humano. Busca leyes en la Naturaleza pero no “fines”. La finalidad surge únicamente por la realización de una idea. En sentido realista, la idea sólo es efectiva en el hombre. Si el ser humano toma como fines para su actuar una autoridad externa, se verá determinada por ésta. Sólo si encuentro el concepto de la esencia del ser humano, el “Espíritu Libre”, podré realizar en mí la libertad (autodeterminación: actualización de la idea que se vivencia intuitivamente de forma individual).

¿Qué significa “espíritu libre”?


[i] La representación “ser una persona generosa” es anterior al acto de dar limosna. Aunque perceptiblemente sólo una vez que he dado limosna puedo ser percibido como “persona generosa”. Sólo podemos observar una influencia perceptible de un concepto/representación en los actos humanos.

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